8 jul 2016

CIENTÍFICAS EN LA LITERATURA DE FICCIÓN. 8. MARIE CURIE, HERTHA AYRTON - OLOV ENQUIST


11/07/2016



Marie Curie es la científica más importante y más conocida, un nombre  que casi todo el mundo es capaz de recordar. No debe pues extrañarnos que sea la científica que más veces he encontrado en mis lecturas. En las novelas que se comentan a  continuación su figura ejemplifica situaciones, que ya hemos visto en otras entradas al blog de esta serie: se le rinde homenaje, es referente, y modelo o protagonista secundaria en  la narración.

Por ejemplo,  Marie Curie es un modelo, un referente para las protagonistas de La mujer que buscaba (2000) de la escritora egipcia Nawal El Saadawi y para la de La pulsión de la muerte (2012)  del escritor estadounidense Jed Rubenfeld.

 Otra novela en la que Marie Curie es un personaje de la propia narración es  El diario de Blache y Marie (2007),  del escritor sueco Per Olov Enquist. Es una obra de ficción creada por el autor a partir de los cuadernos que escribió, una de las protagonistas, Blanche Wittman, y que narra la relación de ésta y Marie Curie.

Otro aspecto a resaltar es la aparición en esta novela de la científica británica Hertha Ayrton.  Es ella quien acoge a Marie Curie, cuando ésta decide abandonar Francia acosada por las críticas
              “En mayo le llega una carta de su amiga inglesa Hertha Ayrton donde le pide que huya a Inglaterra. Decide partir. Hertha Ayrton es física y  sufragista” (Enquist, 2007: 230).

            Más adelante el autor describe la relevancia del trabajo científico de Hertha Ayrton, que en el año 2010  fue votada como una de las diez mujeres británicas más influyentes en la historia de la ciencia, con estas palabras:

Hertha Ayrton era una física mundialmente famosa que había realizado aportaciones decisivas en el campo de los movimientos y fenómenos ondulatorios electromagnéticos en agua oscilatoria. Durante la primera guerra mundial, sus descubrimientos tuvieron una aplicación práctica cuando un invento suyo The Ayrton Fan, contribuyó a mejorar la eliminación de los gases de combate que invadían las trincheras (Enquist, 2007: 230-231).   

  


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